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Tipos de telescopios y sus utilidades

El telescopio – para observación astronómica- es un instrumento óptico que existe desde el siglo XVII. Galileo fue el primero – aunque existen dudas razonables al respecto- en observar el firmamento con un telescopio y registrar sus observaciones por escrito. Poseía un sencillo refractor de 30mm y una calidad óptica muy pobre con el que pudo observar los cuatro satélites visibles de Júpiter – hoy conocidos como satélites galileanos en su honor-. También observó los cráteres de la Luna y las manchas solares (sin emplear la protección adecuada, por lo que poco a poco fue perdiendo visión hasta que, al final de su vida, se quedó ciego). Un instrumento tan sencillo como el suyo le dio muchísimas satisfacciones y pudo hacer grandes descubrimientos con él.

Si eres de los muchos que tienen un telescopio abandonado en el trastero, no te desanimes y piensa que Galileo realizó grandes observaciones con un telescopio mucho peor que cualquiera que pueda existir en la actualidad. En cambio, si eres de los que están pensando en comprar un telescopio, vamos a intentar explicar las características de cada tipo de telescopio y darte algunos consejos sobre su uso.

Tipos de telescopios según su diseño

Una vez que conocemos los parámetros básicos, vamos a estudiar los tipos de telescopios más comunes que podemos encontrar en el mercado: Refractor, reflector y catadióptrico.

Telescopio refractor o de lentes

Es el modelo de telescopio más antiguo y por ello el más conocido. En ocasiones también se denomina telescopio galileano. Está compuesto por un conjunto de lentes que captan la luz y la concentran en el foco, donde colocaremos el ocular. Existen distintas configuraciones ópticas para este conjunto de lentes -dobletes, tripletes, diseño petzval, etc- y cada una ofrecerá una calidad y una corrección de las aberraciones ópticas diferente.

El principal defecto de los refractores es su cromatismo, que se traduce en que aparecen un halo rojizo y otro azulado a ambos lados de los objetos más brillantes. Esta aberración óptica es producida por la refracción de la luz en las lentes del telescopio, aunque pueda estar corregida en mayor o menor medida. Según este parámetro los refractores se clasifican en acromáticos, cuando el cromatismo es todavía muy notorio, y apocromáticos, cuando esta aberración es prácticamente inapreciable.

A pesar del cromatismo, las lentes tienen una gran calidad óptica y ofrecen imágenes muy nítidas y con estrellas muy puntuales. Por eso se suele decir que son telescopios que destacan más en observación de planetas y estrellas dobles, es decir, objetos brillantes en los que queremos apreciar detalles sutiles pero en los que no necesitamos una gran apertura para recoger luz porque son muy brillantes.

Telescopio reflector o de espejos

El telescopio reflector está compuesto por un espejo cóncavo situado en el extremo inferior del tubo, que concentra la luz y la dirige hacia un espejo secundario plano de menor tamaño situado en la boca del tubo, que rebota la luz a 45º y la dirige hacia el ocular. Hay que tener en cuenta que una parte del diámetro del objetivo queda tapado por el espejo secundario, por lo que su área útil suele ser entre un 10 y un 20% inferior.

Existen varios tipos pero el diseño más utilizado es el sistema Newton, que recibe su nombre en honor a su diseñador. Son más voluminosos que los refractores y su manejo es menos intuitivo, puesto que el ocular está situado cerca de la boca del telescopio. Estos telescopios sufren de coma o aberración comática, que hace que las estrellas no aparezcan del todo puntuales.

Su calidad óptica es, por norma general, inferior a los buenos refractores, pero su apertura suele ser mucho mayor. Por eso se dice que estos telescopios destacan sobre todo en la observación de cielo profundo (nebulosas, galaxias, etc.), ya que son objetos lejanos y muy débiles en los que necesitamos de aperturas muy grandes para verlos mejor.

Catadióptricos o Cassegrain

Están formados por lentes y espejos, intentando solventar los defectos que presentan los diseños anteriores. El objetivo es un espejo cóncavo pero en la apertura hay una lente correctora que sostiene un espejo secundario, que dirige la luz hacia un hueco en el centro del espejo principal en el final del tubo.

Este diseño hace que la distancia focal de este tipo de telescopios sea muy grande, mientras que el tubo tiene un tamaño muy ajustado. Son tubos cortos y pesados pero fáciles de transportar por su escasa longitud. Su calidad óptica es buena pero no llegan a superar a la de un buen refractor y se quedan a medio camino entre ambos diseños, convirtiéndose en un telescopio todoterreno excelente pero sin un campo concreto en el que destacar. Existen distintos diseños y configuraciones ópticas: Smicht-Cassegrain, Maksutov-Cassegrain, Ritchey-Chrétien, etc.

¿Cuál es el mejor telescopio de iniciación? Recomendaciones y consejos

En otra ocasión hablamos de cuál es el mejor telescopio para iniciarse en la astronomía. Es largo pero vale la pena su lectura. Si no tienes tiempo, a continuación destacamos los aspectos más importantes.

Para iniciarse en astronomía se recomienda una apertura mínima de 90mm para refractores y 150mm para reflectores. En cambio, para catadriópticos no es aconsejable bajar de los 180mm o incluso 200mm, esto hace que no sean tan utilizados como telescopios de iniciación. Estos datos son aperturas mínimas orientativas y siempre que el bolsillo no se resienta lo permita es aconsejable superar estas cifras. Así mismo, no es aconsejable gastar menos de 400€ en un telescopio o será más que probable que acabe en desuso por no satisfacer sus expectativas, aunque siempre hay excepciones. Si no dispone de ese presupuesto, quizá lo mejor sea empezar con unos prismáticos y un planisferio.

Es importante saber que con el mismo presupuesto podremos conseguir un reflector de mayor diámetro que un refractor, ya que los espejos son mucho más sencillos de pulir y sus costes de fabricación son menores que los de las lentes. Por contra, las lentes ofrecen, en general, una calidad mayor. Esto hace que exista un tipo de observación o un tipo de objetos más adecuados para cada tipo de telescopio. De esta forma, los refractores suelen estar destinados a observación planetaria y de estrellas dobles, por tener una mayor calidad óptica, mientras que los reflectores suelen estar destinados a la observación de cielo profundo (nebulosas, galaxias, cúmulos, etc) por tener una apertura mayor. Sin embargo, esto no es determinante – y mucho menos para iniciase en astronomía- ya que todos los telescopios de iniciación son un poco “todoterrenos” y nos servirán para tocar un poco todos los campos de observación. Por su parte, los catadióptricos son telescopios que se encuentran a medio camino entre las ventajas de los refractores y las de los reflectores.

Por último, queda mencionar que cada tipo y cada diseño de telescopio tiene unas aberraciones ópticas determinadas. Estas pueden estar mejor o peor corregidas pero son comunes a cada tipo de telescopio. Así pues, un reflector sufrirá de coma y aberración esférica mientras que un refractor sufrirá de un mayor o menor cromatismo.

Vía Astroafición.com

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